Semana 16
- andreamolestinav
- 7 sept 2016
- 2 Min. de lectura
En este momento declaramos como caso fallido el de Ana Victoria, es entendible que no todas las familias se adecuen al proceso de intervención. Debido a que es un modelo nuevo, al que los padres no están acostumbrados, es posible que algunos rechacen el modo de trabajo. Muchos padres están acostumbrados a que realicen las terapias los profesionales y que ellos vayan a casa y no hagan más. Pero esta modalidad que nosotras aplicamos busca con mayor profundidad un cambio en el entorno, donde los padres sean capaces de trabajar para el bienestar de sus hijos, con o sin una discapacidad. Donde el hogar sea el entorno de aprendizaje para los niños y para los padres. Que ellos conozcan sus capacidades y responsabilidades en el hogar.
Fue por esto, que esta semana tomamos la decisión de cerrar el caso de Ana Victoria. La conversación se realizó vía telefónica y los padres se mostraron desilusionados. Desde el mes de junio hasta septiembre, se realizó una intervención a la familia de Ana Victoria. Su familia compuesta por ambos padres y su hermana Sofía, estuvieron en un principio dispuestos a trabajar junto con las profesionales. Los primeros dos meses fueron consistentes en relación a las visitas al hogar, aunque la madre se mostraba resistente al cambio o modificaciones. Las profesionales fueron flexibles con los modos de intervención pero nunca se logró persuadir a los padres para que trabajen “codo a codo” en el proceso. Los últimos meses hubo múltiples ocasiones donde cancelaron las visitas y no se cumplían requisitos como el photovoice y los objetivos. Se llegó a la conclusión de que debía cerrar el caso. Se hizo la despedida y el cerramiento con los padres, quienes se mostraron agradecidos pero desilusionados por no concluir con la intervención a causa de su falta de tiempo por el trabajo.
Por otra parte, continuamos con las intervenciones de Katherine, Kevin y Sofi. Los padres cumplen los objetivos propuestos y se sienten muy contentos por el progreso de sus hijos. Por su parte, continúan las dificultades con la intervención de Dayanna. La madre todavía no logra que la niña tenga pequeñas mejorías, todo lo direcciona a la maestra en casa y no es consciente de que su hija necesita crear hábitos de estudio, mejorar su comportamiento, etc. La escuela está muy preocupada con este caso y no saben cómo manejarlo. Dayanna está en un salón rodeado de ni; os que saben leer, sumar, restar, etc. Y ella continua aprendiendo los números y las vocales, sin poder retener la información. No sabemos qué es lo correcto para este caso, pensamos que es necesario que la escuela tome una decisión referente a los estudios. Pero nosotras continuamos trabajando en casa, enfocándonos en las tareas, su independencia, su responsabilidad, la relación con su madre. Estamos sumamente preocupadas pero no sabemos cómo manejar la situación.
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